seis grados de separación

Resulta que mis problemas se deben a veces o la incongruencia cósmica, o a la construcción de bellísimas telarañas.

El día en pleno me lo he pasado riendo pensado en aquello de las coincidencias que se ensañan conmigo, en esto de las teorías del tiempo circular y en los magníficos Seis grados de separación.
Hace tiempo ya, una especie de telaraña se dibujó en mi cuaderno de viaje para causarme un leve pero interesante transtorno que no me deja del todo y aparece continuamente aunque a veces tiene el buen gusto de cambiar de personajes. Hoy me río de él, pero como socióloga, el fenoméno este me parece cada vez más fascinante, y como bruja mucho más mágico.

En 1967 Stanley Milgram propuso una teoría llamada «Six degrees of separation» la cual suponía que todas las personas estamos separadas (unidas, diría yo) por otras seis personas con el resto del mundo.

Yo puedo dar fe de ello. Y desde ayer por la noche mucho más, cómo si lo de coincidir en el Perú con medio mazo del tarot no hubiese sido suficiente.

 

Alubia y jitanjáfora también suenan bonito…

La nota que viene a continuación es un homenaje lleno de envidia por tener tan buenos publicistas…

Léase lo que la presentación del libro Las Jubeas en flor de Angélica Gorodischer dice:

«Una tal Angélica Gorodischer que había escrito un par de libros, tres para ser exactos, encontró una vez en un diccionario la palabra jubea que suena tan bien, pero tan bien, con tantas vocales, una suave be y una jota que puede aspirarse en una casi hache, que decidió adoptarla. No le importó que se tratara de una palmera que no da flores. «Soy una escritora», se dijo, «y buenas o malas o regulares, las escritoras estamos para eso, para conferir al, mundo otra realidad».

Y bueno, yo quiero eso: tener varios libros, tener quien diga cosas buenas de ellos (si no debo pagarles mejor), quiero decirme Soy una escritora, pero sobretodo, lo que más quiero es conferirle al mundo otra realidad.