La esperanza viaja en tren

DIGITAL CAMERA

No pudo más con su Macondo

y su loop ad infinitum.
Con esa sensación de vergüenza
por vivir bajo el supuesto

que su costado no había sido atravesado,

que podría un día aprender
sobre esas lenguas,
sobre Nunkui y sus milagros.

Se marchó con su hombre ajeno,

su exotismo
su generación Ni-ni.

Se marchó con su Macondo

envuelto en servilletas,
―no sabe bien a dónde―.

Si preguntan,

ríe y asiente.
Sabe bien,
porque ha vivido,
que la ciudad se lleva dentro.

 

Andrea Torres Armas.

 

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s