Efraín Jara Idrovo: de la partitura al sollozo

Duelos aparte, 2021 fue un año intenso y emocionante en muchos sentidos; el 2022 aún más. Tras una investigación a la que dediqué mucho trabajo y cariño, presenté mi tesis sobre la obra de Efraín Jara Idrovo y su relación con la literatura potencial. En el n.º de la Revista Pie de Página de la Universidad de las Artes se publicó un ensayo derivado de mi tesis sobre el poema sollozo por pedro jara (estructuras para una elegía)*: «Efraín Jara Idrovo: de la partitura al sollozo».

[Haciendo clic en el enlace pueden acceder a la versión digial del artículo. Dejo por aquí el resumen, por si tienen ganas de leer sobre poesía, música serial y cómo transformar el duelo en una obra abierta].

Resumen
El presente ensayo, derivado de un trabajo mayor que se propuso una aproximación al poema sollozo por pedro jara (estructuras para una elegía) desde una perspectiva oulipiana, busca explicar cómo opera la influencia de la música serial en la composición del poema y, a la vez, plantear, a partir de la idea de movilidad controlada propuesta por el autor para la combinación de «segmentos versales» o series en que se puede configurar el poema, que las instrucciones provistas en «Propósitos e instrucciones para la lectura» son esencialmente constricciones o contraintes; es decir, restricciones o reglas que se imponen en la construcción de una estructura literaria.

Palabras clave: sollozo por pedro jara, restricciones-constricciones, música serial, serialismo, literatura potencial.

Abstract
This essay, derived from a larger work that proposed an approach to the poem sobbing for pedro jara (structures for an elegy) from an oulipian perspective, aims to explain how the influence of serial music operates in the composition of the poem and, at the same time, to suggest, based on the idea of controlled mobility proposed by the author for the combination of «versal segments» or series in which the poem can be configured, that the instructions provided in «Purposes and instructions for reading» are essentially constrictions or contraintes; that is, restrictions or rules that are imposed in the construction of a literary structure.

Keywords: sobbing for pedro jara, restrictions-constrictions, serial music, serialism,potential literature.

* Nota sobre la escritura del nombre de poema: aunque la grafía varía entre ediciones alternando el uso entre mayúsculas y minúsculas, la escritura original del título (publicado en 1978 por la Casa de la Cultura Ecuatoriana Núcleo del Azuay) se hizo íntegramente en minúsculas; apareció de la misma manera en la reedición publicada por el cuadragésimo aniversario, en 2018. Por este motivo, he optado por mantener la grafía original: sollozo por pedro jara (estructuras para una elegía), salvo cuando aparezca consignado de otra forma en una cita textual.

Manuscrito original del poema conservado en el archivo personal de Johnny Jara Jarmillo.

Habilidad con los caballos, de Roy Sigüenza | La palabra de los otros II

«abrazo tu cuerpo cerrado como un féretro, más duro que este cielo de óxido donde he perdido mis ojos».

Roy Sigüenza, Habilidad con los caballos (Quito: 2020, p. 144)

En esta edición de La palabra de los otros, presentamos una conversación con Roy Sigüenza, escritor portovelense, y con Fausto Rivera Yánez, editor de Severo editorial, apropósito del volumen que compila treinta años de la obra poética de Roy, Habilidad con los caballos, publicado en coedición entre Severo editorial y USFQ Press.

Para este capítulos nos planteamos algunas preguntas:

  • ¿Cómo se hace un libro?
  • ¿Quiénes intervienen?
  • ¿Qué políticas editoriales se ponen en consideración para presentar un título?

¿Quiénes son nuestros invitados?

Roy Sigüenza nació el 23 de mayo de 1958, en Portovelo, provincia del Oro.  Poeta y periodista. Estudió artes en Guayaquil y literatura en la Universidad Católica de Quito. Habilidad con los caballos. Poesía reunida 1990-2020 recoge treinta años de producción literaria. «Cabeza quemada», «Tabla de mareas», «Ocúpate de la noche», «La hierba del cielo», «Cuerpo ciego» y «Cuatrocientos cuerpos» son algunos de sus libros.

Fausto Rivera Yánez (Latacunga, 1989). Periodista, editor, crítico cultural y economista. Ha sido editor de la revista de economía másQmenos y de la revista de cultura cartóNPiedra, ambas del diario El Telégrafo, donde también fue editor de la sección cultural. Colabora con diferentes medios de comunicación y revistas académicas, locales y extranjeras. Actualmente es editor del sello independiente Severo, especializado en literatura y arte.

Te invitamos a ver esta conversación:

La palabra de los otros | 1

Estoy muy muy feliz de anunciar que, desde este este viernes, 6 de noviembre de 2020, me he sumado al equipo de Cuerdafloja, revolviéndo sonoridades, programa dirigido por la increíble Tatiana Carrillo.

En adelante, los viernes, cada quince días, tendremos un encuentro para hablar sobre literatura (literatura ecuatoriana, especialmente), compartir lecturas, plantearnos preguntas y descubrir juntas

Este primer programa está dedicado a la poeta guayaquileña Ileana Espinel Cedeño (31 de octubre de 1933-21 de febrero de 2001). El eje que he escogido es la relación entre el cuerpo, la enfermedad y los fármacos en la obra poética de la autora.

La tranmisión está disponible en Facebook live y YouTube.

Estos son algunos de los textos que sirvieron como referencia para este programa:

Pueden encontrar Con una Valium 10 haciendo clic en este enlace del Centro de publicaciones de la PUCE, tiene un prólogo increíble de María Auxiliadora Balladares.

Los 7 que fueron cinco, y viceversa está disponible en ISSUU. Tiene, asimismo, un gran texto introductorio de Freddy Ayala Plazarte.

También hay un texto mío: Los fármacos, la enfermedad y el cuerpo en Ileana Espinel Cedeño, publicado en el n. 13 de la revista Lexikalia.

Finalmente, les recomiendo escuchar Mar demente, musicalizado por Sr. Maniquí

Fin y principio | Wislawa Szymborska

Hoy, que en esta latitud equinoccial es Mushuk nina, la Fiesta del fuego nuevo y además el Día de la poesía, quiero dejarles este poema de la escritora Wislawa Szymborska, premio Nobel de Literatura en 1996. Que esta pandemia nos coja con esperanzas renovadas para afrontar lo que se viene.

A continuación el poema leído por mí y el texto:

Fin y principio (1993)

Después de cada guerra
alguien tiene que limpiar.
No se van a ordenar solas las cosas,
digo yo.

Alguien debe echar los escombros
a la cuneta
para que puedan pasar
los carros llenos de cadáveres.

Alguien debe meterse
entre el barro, las cenizas,
los muelles de los sofás,
las astillas de cristal
y los trapos sangrientos.

Alguien tiene que arrastrar una viga
para apuntalar un muro,
alguien poner un vidrio en la ventana
y la puerta en sus goznes.

Eso de fotogénico tiene poco
y requiere años.
Todas las cámaras se han ido ya
a otra guerra.

A reconstruir puentes
y estaciones de nuevo.
Las mangas quedarán hechas jirones
de tanto arremangarse.

Alguien con la escoba en las manos
recordará todavía cómo fue.
Alguien escuchará
asintiendo con la cabeza en su sitio.
Pero a su alrededor
empezará a haber algunos
a quienes les aburra.

Todavía habrá quien a veces
encuentre entre hierbajos
argumentos mordidos por la herrumbre,
y los lleve al montón de la basura.

Aquellos que sabían
de qué iba aquí la cosa
tendrán que dejar su lugar
a los que saben poco.
Y menos que poco.
E incluso prácticamente nada.

En la hierba que cubra
causas y consecuencias
seguro que habrá alguien tumbado,
con una espiga entre los dientes,
mirando las nubes.

Poeta en Nueva York, de Federico García Lorca | Reseña

Diorama bolsillo Poeta en Nueva York Federico García Lorca
Diorama de bolsillo Poeta en Nueva York

Escrito entre 1929 y 1930 durante su residencia en la universidad de Columbia, Poeta en Nueva York (originalmente Nueva York en un poeta) fue publicado de manera póstuma (1940) con diferencias estructurales entre sus versiones española y bilingüe.

Nueva York es una ciudad que impresiona sobremanera a García Lorca: exuberante y voraz; despersonalizada a ratos o con multitudes agobiantes, es una metonimia de la vorágine y de la ciudad en sí misma. Su estética habría estado inspirada en el Manifiesto surrealista; supone una renovación en el aspecto formal y se aleja de aquella poesía de corte hispanista de Romancero gitano; sin embargo, el tema de los otros, los rechazados, es un punto en común. Lo que en el romancero fueron los gitanos, lo serán los negros de Harlem en este poemario.


Están presentes la arquitectura; la música, el baile; la aversión a la ética protestante —y al culto— visto desde la óptica de un católico andaluz; la soledad, lo abyecto, la muerte y el impacto del crash de la bolsa de valores. «Geometría y angustia», dice García Lorca.
El poemario no expresaría una vivencia personal (como anécdota), sino una visión onírica y subterránea de la ciudad.

Aquí algunos fragmentos de mis poemas favoritos:

«No preguntarme nada. He visto que las cosas
Cuando buscan su curso
Encuentran su vacío». «1910 (Intermedio)»

«Yo tenía una niña.
Yo tenía un pez muerto bajo la ceniza de los incensarios».
«Iglesia abandonada (Balada de la gran guerra)»

«La mujer gorda, enemiga de la luna, corría por las calles y los pisos deshabitados […]
y llamaba al demonio del pan por las colinas del cielo barrido y filtraba un ansia de luz en las circulaciones subterráneas. Son los cementerios, lo sé, son los cementerios y el dolor de las cocinas enterradas bajo la arena. Son los muertos, los faisanes y las manzanas de otra hora los que nos empujan en la garganta».
«Paisaje de la multitud que vomita (Anochecer de Coney Island)»

Eternidad

En el principio —dicen los Txucaramay—,

todo era noche,

no había día.

Entonces, todo era hoy

no había mañana.

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Operador asterisko

*

Nos conocimos antes del diluvio
pero no pudimos alcanzar el arca.
—Camina conmigo —sugerí—
y nunca más volviste a soltarme la pata.
Hubiese sido más romántico
morir de mutuo ahogo
con las lenguas del otro atravesadas en la garganta,
que ser esa especie extinta de los relatos bíblicos
por no escuchar la alarma.

Tomoscopios, rock y poesía

tomoscopios

La historia de la música se construye con pequeños fragmentos: con narraciones, sonidos y silencios que se van ensamblando de a poquito, como si fuesen teselas de un gran mosaico. La música nos permite comprender al universo como si lo viéramos a través de un tomoscopio: nos presenta una infinidad de visiones de la realidad, pero sin desprenderse del entorno; aquello que apreciamos está condicionado por el contexto cultural desde el que lo percibimos. El rock y la poesía, el tema que nos atañe, son dos de aquellos espejos dentro del tomoscopio en que el arte se constituye.

Ciertamente la pregunta: «¿Existe relación entre música y poesía?» ha sido respondida innumerables veces, ¿pero qué hay de la relación rock/poesía? La respuesta pasa por cuestiones como que Robert Allen Zimmerman, el genial Bob Dylan, tomara su nombre del poeta Dylan Thomas; o que cuando escuchamos algunas canciones emblemáticas del rock nos referimos a ellas como «verdaderos poemas»; que Morrissey, el exlíder de los ingleses The Smiths abriera su concierto en Quito con poesía de Anne Sexton, o que incluso Spotify ponga a nuestra disposición The writers playlist (en la que encontramos temas como ‘Walt Whitman’s niece’, ‘The Joy of D. H. Lawrence’ o ‘Dear Seamus Heaney’ entre otras joyas). Esta vez abordamos esa relación música/poesía desde otra perspectiva —usualmente bidireccional— para enfocarnos no en cómo la música se proyecta en la poesía, sino en cómo la poesía ha influido directamente en el rock.

De los inicios, la psicodelia y en inglés

Tomaremos como punto de partida la década de los sesenta, una vez superados los inicios del género, cuando el rock and roll empieza a desligarse de los moldes del country, del blues, del swing y el góspel, para pasar a una etapa más underground, con la radicalización de la escena estadounidense en contra de la guerra de Vietnam, en que los versos se tornan más combativos, con ribetes sociales y de denuncia y empieza a convertirse en un ente autónomo, que va de la mano, por qué no decirlo, de la experimentación con las drogas y las percepciones extrasensoriales.

El blog español El batiscafo rojo cuenta que uno de los pioneros en la adaptación del poema social fue el grupo estadounidense The Byrds, que incluyó en su primer LP (1965) el tema ‘The Bells of Rhymney’ del galés Idris Davies, y más tarde, en su disco Fifth Dimension registra una versión de ‘Wild Mountain Thyme’, una balada folk inspirada en un poema de Robert Tannahill, poeta escocés de finales del XVIII y principios del XIX (yo prefiero la nueva versión de Ed Sheeran). Por otra parte, y también en 1965, Phil Ochs (uno de los folk singers que más incursiones hizo en el rock, junto con Dylan) adaptó el largo poema narrativo ‘The Highway Man’, del británico Alfred Noyes, en su segundo disco, I Ain’t Marching Anymore. Leonard Cohen, a su vez, musicalizó en 1988 al García Lorca más surrealista, al de Poeta en Nueva York, en su ‘Take This Waltz’ (del álbum I’m Your Man) cuya letra es la traducción del ‘Pequeño vals vienés’ del poeta granadino. Lorca será un referente para muchos otros como Tim Buckley, que en 1970 tituló uno de sus LP como Lorca, en honor al poeta. En este disco, Buckley, asistido por grandes músicos y un montón de substancias psicotrópicas, intentó traducir la angustia, el desconcierto y la locura del Lorca vanguardista. A diferencia de Cohen, Buckley, que trabajó sus letras originales, no musicalizó, sino que convirtió a sus canciones en «artefactos poéticos»¹ per se.

En la época de la psicodelia, al final de los sesenta, hay un punto de partida en la experimentación en el rock: los músicos se lanzan a buscar referentes en la literatura. Tal es el caso de uno de los temas más emblemáticos del rock ácido, el ‘White Rabbit’ de Jefferson Airplane, que, si bien no se basa en un poema, echa mano de Alicia en el país de las maravillas de Lewis Carroll. De la misma época podríamos mencionar al líder de los primigenios Pink Floyd, Syd Barrett, figura que con ‘Lucifer Sam’, tema dedicado al gato, en el LP The Piper At The Gates of Dawn alude al poema ‘Le chat’ incluido en Las flores del mal de Baudelaire. Barrett destaca por su gran capacidad de componer rimas absurdas, emparentadas con las nursery rhymes inglesas y las fatrasies francesas en temas como ‘Bike’ o ‘Rats’. Como se mencionó, en esta época se intenta ya adaptar materiales literarios a la música recreando la atmósfera particular de la obra literaria. Un ejemplo singular constituye H. P. Lovecraft, combo psicodélico neoyorquino que toma prestado el nombre del gran creador del cuento materialista de terror y autor del enigmático poema ‘Nathicana’; pero más singular aún es el caso de la banda The Doors, con Jim Morrison a la cabeza, que se constituye en una de las agrupaciones de rock con más conexiones literarias.

Empecemos con el nombre: «Las puertas» (originalmente «Las puertas de la percepción») tomado de un ensayo de Aldous Huxley sobre los efectos de la mescalina, un alcaloide con propiedades alucinógenas, cuyo título se inspira en unos versos de The Marriage of Heaven And Hell del poeta inglés William Blake. Morrison intenta traducir el espíritu del romanticismo; de hecho, el mismo Morrison escribió dos libros de poesía (Los Señores y Notas sobre la visión y las nuevas criaturas) en los que rendía homenaje a sus ídolos: Blake y Rimbaud. Luego se mudó a París donde murió, como es sabido por todos, a los 27 años. Sus restos reposan en Père-Lachaise, rodeado de tumbas de los más afamados poetas franceses.

Otro hito a destacar es la publicación del primer disco-concepto del rock, S. F. Sorrow (grabado entre 1967 y 1968 en Abby Road Studios) de The Pretty Things. Este álbum gira en torno a la vida de Sebastian F. Sorrow, un antihéroe. El álbum evoca a los grandes poemas-libro de las vanguardias del período de entreguerras, en especial a La tierra baldía de T. S. Elliot, con el que comparte ciertos paralelismos, como el conflicto bélico de fondo (la Primera Guerra Mundial), las preocupaciones existenciales y ese latente tono melancólico, presente, por ejemplo en ‘Private Sorrow’. Década de los setenta: se empieza a experimentar con el ruidismo y el avant-garde. El rock progresivo alemán (ligado al movimiento contracultural de las comunas hippies y las casas okupa) rompe con las raíces afroamericanas del rock e inaugura el llamado Krautrock², cuyas raíces se asientan en el ruidismo vanguardista de experimentadores radicales como el pintor y músico futurista Luigi Russolo. Por el lado de España, Esplendor Geométrico experimenta con el más salvaje sonido industrial; su nombre procede de un poema de F. T. Marinetti, futurista italiano. A la vez, en los países de habla inglesa, Metal Machine Music de Lou Reed, exlíder de The Velvet Underground, se convierte en un punto de inflexión en el rock experimental, la crítica emparenta a la obra de Reed con referentes de la poesía Dadá como Tristán Tzara, Hugo Ball o Kurt Schwitters.

Este nihilismo subterráneo allanó el camino para el punk, la última eclosión contracultural del siglo XX. El situacionismo, un movimiento subversivo en cuyo ideario lo poético, en el sentido bretoniano del término, era un elemento central, había aterrizado en Londres procedente de París. A finales de los sesenta, uno de los jóvenes que entró en contacto con este situacionismo fue Malcolm Mclaren, creador de los Sex Pistols. A partir del punk, en el rock se vive un período de renovación paralelo al de las vanguardias poéticas y artísticas del primer tercio del siglo XX, algo que se notaba tanto en el sonido como en la estética. La indumentaria personal, los posters, las portadas de discos y libros hechas de retazos de otras obras, remiten al Dadá y a poetas como Hugo Ball cuando recitaban sus textos el mítico Cabaret Voltaire.

La diversidad estilística del rock se amplía enormemente. De aquellos años hay que destacar además un par de músicos/letristas con estrecha relación con la poesía. En primer lugar está Patti Smith, que aparte de las excepcionales letras de sus canciones (con un guiño a los poetas malditos del XIX en su famosa revisión del clásico ‘Gloria’ de Van Morrison) también fue autora de libros de poesía tan desgarradores como Babel (1978) y que más «recientemente», en el Festival Palabra y música de 2010, le dedicó su recital al chileno Roberto Bolaño, de cuya obra, 2666, dijo que «es la primera obra maestra del siglo XXI». También está Tom Verlaine, en cuyo apellido artístico se revela la influencia parnasiana.

Por el lado del No Wave solo mencionaremos a Sonic Youth, banda que en 1996 le dedicó un tema de su disco A Thousand Leaves a Allen Gingsberg, el gran poeta beat, con motivo de su fallecimiento.

A diferencia del punk, el grunge de los noventa no generó una contracultura. Sin embargo, de estos años se destacan un par de discos con claras conexiones poéticas. Uno es el disco Omega (1998) de los granadinos Lagartija Nick, que recurren a su coterráneo, García Lorca, y que a cargo del cantaor Enrique Morente dan una orientación flamenca a su música. Aparece nuevamente Lou Reed, pero esta vez para rendir homenaje a la genial obra de Edgar A. Poe con ‘The Raven’.

De este lado del mar y en español

Yo crecí escuchando música en español, latinoamericana sobre todo, desde la protesta de la época entre dictaduras —que era la música de mis padres—, hasta el rock argentino que me acompañó en mi adolescencia (ahora también, pero de una forma distinta) y creía realmente que muchas de esas letras eran los «verdaderos poemas» de los que hablé al inicio. Pero hubo un quiebre, algo que me llevó a ver las cosas de una forma distinta: en 2007 estuve en un concierto especial de Platero y tú por las fiestas de Vitoria Gasteiz y, de entre el humo y las luces, apareció primero la voz y luego el hombre: «Soy eterno viajero de sueños e ilusiones.
Soy eterno viajero de amores.…». Esa noche me emborraché con una maravillosa banda sonora, entre los temas figuraban ‘Palabras para Julia’ de Goytisolo versionado por Los Suaves y ‘La canción del pirata’ de De Espronceda, que en la versión musical se llama ‘Con diez cañones por banda’ interpretada por Tierra Santa. Volví a mi casa en Quito con los oídos abiertos, ávidos, y empezaron a aparecer cosas desordenadas, pero llenas de una carga emotiva muy fuerte. ‘La canción de Alicia en el país’ se convirtió en la búsqueda de Charly en el país de las alegorías³; ‘Alicia’ de nuevo, pero de Bunbury, se transformó en la disección de ‘La estatua del jardín botánico’ inspirada en La Monadología de Leibniz de Radio Futura y en el «hoy es siempre todavía» de Machado. Poco después, Alturas de Macchu Picchu, de los Jaivas, se volvió, de manera concreta, ese Canto General de Neruda.

Luego, en un bar de ‘la zona’, aparece Lina Toxel y entre tema y tema se lee algún verso de Andrés Parra; en otro concierto, en otro tugurio, La cruel jarana y los adorables mutilados de la Batalla de Pichincha declama el ‘Canto primero de Altazor’ de Huidobro y se me viene la sonrisa que me asegura que voy a dormir bien, porque gracias a no sé qué dios existen rock y poesía.

NOTAS

  1. En los artefactos, el decir poético y el texto mismo se reducen a una unidad en la composición: el fragmento. Un fragmento utilizado como un dispositivo verbal que cuando el lector lo descifra, estalla en su conciencia iluminando múltiples zonas de lo real, atrayendo distintos planos de contenido.
  2. También conocido como Kosmische Musik, es una corriente musical de rock y electrónica surgida en Alemania Occidental a fines de los años sesenta. El término, originalmente despectivo, aludía a Kraut, col en alemán, más precisamente al Sauerkraut (chucrut), y era uno de los apodos que se le dieron a los alemanes durante las guerras mundiales. El término se refiere a un gran número de artistas alemanes que habían sido influidos por géneros como el rock psicodélico, el rock progresivo, la música avant-garde y el jazz, que utilizaban nuevas tecnologías y nuevas formas de usar las tecnologías de grabación, amplificación y mezcla musical, con nuevas estructuras formales.
  3. Mara Favoretto (2014). Buenos Aires: Gourmet Musical.

Este texto fue originalmente publicado en No 248 del suplemento cultural CartóNPiedra.

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Manolillo Chinato y Platero y tú. Vitoria Gasteiz (06/08/2007)

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‘Facebook’. Poema de Andrés Parra, Quito (27/10/2015)

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La cruel jarana y los adorables mutilados de la Batalla del Pichincha, Quito (25/06/2016)

Epitafio pop

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Habría que aprender a morir
como estrella de rock
o como el notario Cabrera.
Habría que morir de sobredosis

la que fuera—

de cocaína
                   viagra
                               prózac
de infarto fulminante

o como los heroinómanos:
                                                montando al dragón.

Haría que aprender a morir
como Amy Winehouse
                                          she died a hundred times

o como el prestamista machaleño:
con show mediático incluido,
llanto sobre el difunto
y epitafio pop

«aquí yace el pinga de oro».

 

Ubicación geográfica de los sucesos

Son tres meses ya desde que Ubicación geográfica de los sucesos vio la luz. Desde entonces ha habido más sucesos, más caminos, más imágenes, vida.

Agradezco a dos maravillosas poetas: Laura Casielles Hernández por su comentario para la contraportada y a Carla Badillo Coronado por sus palabras de presentación; también a mi querido René Martínez por su portada.

PortadaAndreaTorresArmas

Diseño de portada: René Martínez Sáncez

Estas son las palabras de Laura:

Este libro nos recuerda algo que demasiado a menudo olvidamos: que las ciudades no están hechas de asfalto y edificios, sino de lo que sentimos en ellas, de las miradas que arrojamos a sus calles, de la comunidad que construimos con nuestros encuentros. Hay ciudades de nuestras vidas: las ciudades en las que vivimos el amor, las ciudades a las que hicimos viajes iniciáticos. Las fotos nunca son estáticas, precisamente porque nos contienen. Los espacios mutan con nuestro vivirlos. La ciudad somos nosotros: hay que recordarlo para poder seguir creándola cada día, con los pasos y con las palabras.

Este libro, estos sucesos y geografías, son un modo de ayudarnos a ese recuerdo necesario. Y por eso gracias.

Y esta la presentación de Carla:

La poesía será búsqueda o no será; en consecuencia, todo verso una nueva pregunta. Ubicación geográfica de los sucesos es una búsqueda constante a través de las grietas de su autora, quien indaga el lenguaje moviéndose hacia adentro como un uróburos, ese animal mitológico que engulle su propia cola.

Andrea Torres Armas va en busca de la construcción poética. La encuentra. Vuelve una y otra vez sobre ella como vuelve sobre la palabra ciudad, imaginario vivo de sus letras. Las musas de Andrea son palpables y no etéreas, musas que se encuentran en lo táctil, en lo cotidiano: detrás de una cámara de fotos o en medio de una carretera.

Dividido en tres partes: ‘De sucesos y geografías’, ‘Tomoscopios’ y ‘Relatividad especial’, este poemario fue escrito en diferentes tiempos y mantiene contrastes entre la multitud y el yo. En la primera parte desfilan un abanico de lugares: Quito, Perú, Nueva York, París, mientras que la segunda se trata de un tomoscopio -una variante del caleidoscopio- donde la realidad se fragmenta en un juego de espejos. Y la tercera: ‘Relatividad especial’, es un guiño a Albert Einstein cuando nos dice que la realidad depende del punto de vista del observador. Así, Ubicación geográfica de los sucesos nos invita a recorrer su naturaleza circular, laberíntica, con poemas lúcidos y cotidianos como el que habla de su abuela con alma de profeta.

Es fácil darse cuenta de que las interrogantes de la autora llevan ya largo trecho. Hace algunas semanas le pregunté a Andrea desde cuándo escribía poesía y me dijo que desde niña, quizá desde los 9 años, y que siempre le resultó cercana. Su padre, en gran parte, fue quien encendió la luz, cuando su memoria prodigiosa le permitía recitarle poemas a su hija como si fueran cuentos.

Hoy Andrea Torres Armas, con esta ópera prima, nos demuestra que vive en poesía, y con este libro nos da la llaves para múltiples lecturas. O en palabras de ella misma:

Ya nada es radicalmente verdadero
ni siquiera la penumbra
amortiguada a media vela.
No importa qué tan rápido corra la luz
la oscuridad llega siempre primero.
Y nosotros
medio tontos
medios ciegos
queremos seguir sin darnos cuenta
-del todo-.

Aquí dejo un par de notas que han salido por ahí:

El silencioso motor de nuestro llanto por Diego Cazar Baquero en Revista Rocinante

Quito es una ciudad muy ruidosa a la que le falta música por Luis Fernando Fonseca en El Telégrafo

Las ciudades son sensaciones 

Un recuerdo necesario

Café con letras, Entrevista con Marc Bayes en Click radio online

Sandra Araya, Andrea Torres Armas, Carla Badillo Coronado

Sandra Araya, Andrea Torres Armas, Carla Badillo Coronado

Fotografía de Álvaro Pérez, El Telégrafo

Andrea Torres Armas. Fotografía de Álvaro Pérez, El Telégrafo

Mujeres de marzo – Fanzine Poético #3 –

A propósito del Día Internacional de la mujer, presento la publicación del Fanzine Poético # 3 Hasta que grita la santa. Una publicación a cargo del Colectivo La Chinchilla de la ciudad de Cuenca.

Los textos -contra la violencia a la mujer- y las ilustraciones están siendo expuestas en las muestras: Mujeres de Mazo (del 7 al 24 de marzo de 2013, Museo del Banco Central en Cuenca) y en Primer encuentro Arte Mujer (El Oro, Zamora Chinchipe, Loja. 6, 7 y 8 de marzo de 2013 en la Casa de la Cultura en Loja).

 

Pueden ver la publicación completa en el siguiente enlace: Fanzine Poético #3 «Hasta que grita la Santa».

 

A continuación uno de mis textos que fue incluido en la publicación.

 

Eisoptrofobia

Paso en sus ojos de ser lo que soy

a lo que fui.

Vi sus manos acariciando cicatrices en mi rostro

y a ella, sonriendo como si se felicitara.

 

Me vi convertida por su puño

en cientos de fragmentos de cristales diminutos

y no supe, aun así,

dónde había caído la máscara.

 

¿Y si fuera justamente

ese exceso de confianza en esta imagen

lo que entorpece la vista?

 

Más fácil es decirle al mundo

«nada puedo hacer, es este mi destino»

Que hacer una revolución día a día

 

La verdad del mundo es

que el horror es obra nuestra.

La oscuridad

la pintamos nosotros.

 

 

La esperanza viaja en tren

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No pudo más con su Macondo

y su loop ad infinitum.
Con esa sensación de vergüenza
por vivir bajo el supuesto

que su costado no había sido atravesado,

que podría un día aprender
sobre esas lenguas,
sobre Nunkui y sus milagros.

Se marchó con su hombre ajeno,

su exotismo
su generación Ni-ni.

Se marchó con su Macondo

envuelto en servilletas,
―no sabe bien a dónde―.

Si preguntan,

ríe y asiente.
Sabe bien,
porque ha vivido,
que la ciudad se lleva dentro.

 

Andrea Torres Armas.

 

Otoño de celestes labios

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Allá, un par de años atrás, cuando literalmente vivía entre libros y versos, tuve el gusto de conocer a un personaje que buscaba libros hermosos y un café. Poco tiempo después llegó un primer libro de aquel personaje y luego, un segundo, ambos bellamente trabajados -íntegramente-: cada verso y cada hoja.

Siempre he sentido gran admiración por la gente que hace lo que se propone aunque en el trayecto tenga que ir sorteando montaña tras montaña. Mañana es la presentación del libro Otoño de Celestes Labios, el hijo tercero de Alex Sánchez, amigo y escritor.

Para los que estén cerca, pásense por el Centro Cultural de la PUCE (10/05/2012) a las 19h00. Lo mejor para cerrar la noche es tener vino y poesía.

He cumplido con solicitar permiso del autor para reproducir su texto y risas de por medio, presento un fragmento de su obra:

[…] Vendrán las lunas, vendrán los lustros, quizás los siglos,

habrán otras calles, habrán otras páginas,

habrán otros versos, habrán otros hombres,

será la nieve, será el mar, será la arena,

una lejana mañana nos encontraremos nuevamente,

pero será acaso con otra edad,

será a caso con otros rostros.

Fragmento de Postergado Encuentro del libro La espada en el sueño

 

Trova para cazar dragones

Y bueno, como tengo el sí flojo y el no quedado, me hace muy feliz andar aceptando invitaciones, más aún cuando estas vienen de amigos que nos alegran la vida y hacen del mundo un mejor lugar para vivir.

Este sábado estaremos en Trova para cazar dragones, compartiendo música y poesía con Ismael Chavez y Chelo Calavera.

El encuentro es este sábado en Clown bar UIO (Reina Victoria y Lizardo García esquina) desde las 18h00.

Como abrebocas les dejo dos temas que me encantan: el Bolerito (No me Importa) de Ismael y Nubes del Chelo Calavera; además, un poema musical para entrar en ambiente.


DESCUBRIRSE

Haremos el amor a tientas,

torpemente.

Con esa ebriedad amarga

con un ritmo desolador a cuestas.

Te llenaré las manos de momentos infinitos

como cuando el jazz te golpea en el pecho

y no puedes reponerte.

Haremos el amor sin luces

en silencio,

suavemente

en un cuarto cualquiera

que contendrá entero al universo.

Nunca más una trompeta o un contrabajo. 

A tientas,

con el temblor de las manos que no fingen

cuando la pasmosa emoción se atora en la garganta

como cuando la música ha parado

y tú,

pobre músico,

no tienes más refugio que este cuerpo amargo

que no finge

cuando no queda más que descubrirse.

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Decálogo de asperezas

Desempolvando archivos en la memoria virtual, encontré un conjunto de textos muy curioso: el decálogo de asperezas.

Fue un experimento creativo que Daniel López definió así: 

Textos con rabia y catárquicos que dialogan con fotografia guarra random.

Un decálogo viceral y necesario para pensar en el dia que no fue. txt.andyt _ visual.denial.cc

decalogo de asperezas