Ser Mujer

Presento mi publicación Ser Mujer, aparecida hoy 5 de marzo de 2012 en el Diario El Comercio. El texto tuvo modificaciones en la edición impresa, transcribo la versión original:

Ser Mujer Andrea Torres Armas

Andrea Torres Armas (Socióloga y escritora).

‘Hacerse una mujer’, ―dice una de las acepciones de la RAE―, es “llegar a ser madura y responsable de sus actos”.

Yo creo que ser mujer es ser a veces voz, a veces cuerpo. Saber exactamente quién eres aunque fallen las definiciones y los pronombres posesivos. Traspasar el género por construir la hybris.

Supongo que con cada paso podríamos repetir toda la historia humana, pero la cambiamos con cada respiración. Ser mujer es salir de la trampa de la imagen, de lo que se espera de nosotras, dejar de ser espejos. Si antes estaba mal que una mujer eligiera estudiar en vez de tener una familia, hoy es exactamente al revés. ¿Cuál es entonces la diferencia? ¿Qué nos define?: ¿Un trabajo nos define? ¿Lo hacen una cacerola, una cartera, un vestido o un maletín? ¿Una carrera? ¿Una palabra?

Ser mujer es una forma, ―muchas formas en realidad―, de vivir, de desear, de sentir, de proyectar futuro más allá de los roles que asumamos. Es saber que, bajo esta piel, soy ella y todas.

 

 

La fluidez, la velocidad y el tiempo para pensar

En el mundo se generan millones de noticias a diario, y es normal, en el mundo pasan miles de cosas por minuto. Solo una pequeña cantidad de esas noticias llegan a nosotros y por canales cada vez más ágiles y diversos. Me siento feliz de poder acceder al conocimiento con un click, pero me siento también perpleja, como si tuviese que forzar a mi cerebro a entrar en función de ralentización para asimilar los acontecimientos a la velocidad que ocurren.

La Modernidad Líquida, dice Zygmunt Bauman, es una figura del cambio y la transitoriedad: “los sólidos conservan su forma y persisten en el tiempo: duran, mientras que los líquidos son informes y se transforman constantemente: fluyen”.

Me desplazo por el mundo en espacios a través de la pantalla y ayudada por los ojos de otros. Vivo entre la dicotomía de la fluidez de la información y la necesidad de solidez y asimilación. Siento como si a nuestro pensamiento (el mío al menos) le costara llegar al ‘límite’.

Cuando la distancia recorrida en una unidad de tiempo pasó a depender de la tecnología, de los medios de transporte artificiales existentes, los límites heredados de la velocidad de movimiento pudieron transgredirse. Sólo el cielo (o, como se reveló más tarde, la velocidad de la luz) empezó a ser el límite, y la modernidad fue un esfuerzo constante, imparable y acelerado por alcanzarlo. (Bauman, 2004:08)

Sigo procesando noticias, editoriales, sentencias, manifiestos, absurdos y sus reacciones, militancias, primaveras entre piedras y nuevos aprendizajes

Quiero introducir aquí un par de páginas que me ayudan con aquello de tomarme un tiempo para pensar: